Los esguinces son lesiones extremadamente comunes que pueden afectar a individuos de diversos estilos de vida, desde atletas en plena actividad hasta personas sedentarias. Estos eventos traumáticos se producen cuando los ligamentos, que son tejidos fibrosos encargados de conectar los huesos con las articulaciones, se ven sometidos a un estiramiento o desgarro. Esta situación puede ocurrir en diferentes áreas del cuerpo, siendo el esguince de tobillo y esguince cervical algunos de los más frecuentes. Un esguince de tobillo puede surgir como resultado de un tropiezo, una torcedura repentina o una caída, mientras que un esguince cervical puede estar vinculado a situaciones como accidentes automovilísticos, giros bruscos del cuello o impactos no deseados. Estos incidentes no solo provocan dolor agudo en la zona afectada, sino que también desencadenan un proceso inflamatorio que conduce a la hinchazón, lo que puede dificultar la movilidad y generar molestias adicionales. El dolor persistente y la inflamación requieren atención especializada para facilitar la recuperación y minimizar las secuelas a largo plazo.
Un esguince normalmente se presenta con hinchazón, dolor al mover la articulación y a veces con un moretón. En casos más graves, podrías no ser capaz de poner peso sobre la articulación sin dolor severo. A diferencia de un esguince, una fractura puede presentarse con un dolor más fuerte, deformidad visible y en algunos casos, un sonido de chasquido en el momento de la lesión. Si el dolor es severo o si hay alguna duda sobre la gravedad de la lesión, siempre es una buena idea buscar atención médica. Una vez que se confirma que la lesión es un esguince, existen diversas formas de abordar la recuperación, en Centro Quiropráctico Inka contamos con diversas soluciones para tratar este padecimiento, cuéntanos más sobre tu lesión y te brindaremos una solución personalizada, contáctanos.